Nuevos documentos desclasificados del National Security Archive de Estados Unidos, obtenidos a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA), revelan que altos funcionarios del Pentágono y agencias de inteligencia estadounidenses sospechaban que el expresidente Álvaro Uribe Vélez mantenía vínculos directos con estructuras paramilitares y con el narcotráfico durante la década de 1990, cuando era gobernador de Antioquia.

Los registros, fechados entre 1991 y 2002, Uribe como un “aliado político clave de los paramilitares” y “una figura con posibles conexiones con el cartel de Medellín”. En uno de los documentos de 1991, Uribe aparece señalado en una lista confidencial del gobierno estadounidense por su supuesta cercanía a Pablo Escobar y por haber brindado apoyo político a figuras del narcotráfico en Antioquia.

Según los reportes, las agencias norteamericanas consideraban que Uribe “casi con certeza tuvo tratos con los paramilitares”, particularmente con el Bloque Metro y las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), estructuras que operaban con fuerte presencia en la región durante su administración departamental.

El National Security Archive, que forma parte de la Universidad George Washington, publicó los documentos con el objetivo de aportar transparencia sobre el papel de Estados Unidos en la guerra contrainsurgente y en la cooperación militar con Colombia durante el auge del paramilitarismo.

Estas revelaciones reavivan el debate sobre los presuntos nexos de Uribe con grupos armados ilegales, un tema que ha sido objeto de múltiples denuncias judiciales y periodísticas, pero que el exmandatario ha negado rotundamente.

“Esto confirma que Washington conocía los vínculos entre poder político, paramilitarismo y narcotráfico, pero eligió mantener su alianza estratégica”, señalaron analistas del archivo.